Esta masa redonda de harina, manteca y huevos; frita en aceite de oliva es una de las delicias de la Cuaresma, en antiguo tiempo de ayuno y de alimentos prohibidos.

Típicos de cualquier rincón de España, con alguna diferencia de elaboración local, pero si viajas a cualquier punto de la geografía podrás disfrutar de ellos. Buñuelos de viento en Madrid, donde compiten casi con los churros y las porras, bunyols de vent en Barcelona con azúcar y algo anisados, bunyols de vent en el Ampurdá donde dicen que son los mejores y que Josep Plá loa en su libro «El que mangem» (Lo que comemos).

Los buñuelos suele tener unos 3 cm. de diámetro. Se pueden elaborar a mano o con dos cucharas. La dificultad y el arte del asunto es lograr la temperatura idónea de aceite y la cocción justa, pues es rápida y es fácil que se lleguen a quemar.

Bunyols

Su tradición se remonta a los judíos sefardíes que en el siglo X elaboraban unos bollitos de harina fritos que llamaban Bimuelos.

Luego fueron llevados a América por los conquistadores, donde en cada país tienen su variante, excelentes en México, Chile y Argentina.

Una buena época para viajar y disfrutar de la gastronomía de Cuaresma y Semana Santa: los buñuelos, el bacalao con garbanzos y huevo duro, los platillos de alcachofas guisadas, etc … y las procesiones de los pasos en Andalucia, de los Armats en Catalunya, de la Mort en Verges, una danza que data de la Edad Media.

En definitiva, unos días para viajar, alojarse en lugares con encanto y disfrutar de la gastronomía y las tradiciones de cada región.