Empieza la primavera y empieza su temporada.

Su visión en las fruterías  indica que el invierno va quedando atrás…

¿Fresa? ¿Fresón? ¿Frambuesa? Utilizamos indistintamente estas palabras para referirnos al fruto rojo, que empieza a inundar las fruterías y la carta de postres de muchos restaurantes. Pero, en realidad, un fresón y una fresa o una frambuesa no tienen nada que ver, aunque cada día sea más frecuente que vendan los fresones anunciados como fresas. Indistintamente las palabras fresa y fresón, no deberíamos confundirlos.

En realidad no diferenciamos al hablar de fresa y fresón porque el 99% de lo que encontramos en el mercado y de lo que consumimos es lo que conocemos como fresón; la fresa es muy difícil encontrar, salvo la tradicional fresa de Aranjuez, en el entorno de esta localidad madrileña.

De carne dura y sabrosa esta fruta del género de las Fragarias hace las delicias de todos los paladares. Es también una fruta llena de cualidades medicinales: es diurética y antirreumática, controla el colesterol, las raíces de su planta ayudan a eliminar el ácido úrico, sus hojas infusionadas son beneficiosas en las inflamaciones del intestino y es rica en vitamina C.

Freson

Existen múltiples variedades,  pero tampoco todos los fresones que vemos en el mercado son iguales. Los expertos hablan de más de  mil variedades. Las que podemos encontrar en el mercado español no son tantas, pero sí alcanzan la veintena. El consumidor sólo suele distinguir entre el fresón de Huelva –en cuyas tierras se produce prácticamente el 90% de todo el fresón que se vende en España– y el del Maresme, pero en cada una de estas zonas se cultivan diferentes variedades, y también hay pequeñas producciones diferenciadas en Galicia, Canarias, Extremadura, Cádiz y Málaga.

En cualquier caso, no es posible saber si un fresón será dulce y gustoso a simple vista. Lo que dejan claro los expertos es que ni la fresa ni el fresón maduran fuera de la planta. Así pues, se trata de comprar y consumir lo antes posible. Recomiendo no lavar demasiado, sacar el tallo verde y a degustar…

Gastronómicamente se pueden consumir solos, con nata, con vino, en tartas, zumo de naranja o macerados e incluso se puede elaborar aguardiente.

A parte de todas estas virtudes contrastadas, a mí, si hablamos de fresones me acuerdo de cuando tenía aproximadamente 10 años y en el huerto de mi tío, me tumbaba debajo de las matas y me hinchaba a comerlos sin tan siquiera lavarlos !!…aquel sabor quedó en mi mente año tras año. Hoy en día como muchas otros productos de la tierra, ya no tienen estacionalidad. ¿Quién no ha comido fresones el día de Navidad ó sandía ó melón fuera de temporada? Señores… todo cambia… pero creo que vale la pena hacer honor a un manjar digno de la más alta mención…Buen provecho!